lunes, 9 de noviembre de 2009

Expedición 0 lat / 0 C Buscando el punto más alto sobre la línea ecuatorial







Expedición 0 lat / 0 C
Buscando el punto más alto sobre la línea ecuatorial


Por Lizette Rolland


Jamás hubiera imaginado que en pleno Siglo XXI existieran sitios cabalísticos aún sin descubrir. Debo confesar, que cuando por azares del destino fui invitada a la “Expedición 0°lat, 0°C”, la vida me ofreció una sorpresa.

La aventura implicó interesante mezcla de aventura, ciencia, logística, mapas y aparatos sofisticados. Hasta el momento no se había verificado la existencia de una masa de hielo justo sobre la línea ecuatorial, ni su punto más alto. El Dr. Arturo Montero decidió emprender la aventura, e hizo partícipes a especialistas en montaña, astrónomos, fotógrafos, un pintor, un doctor y técnicos mexicanos y ecuatorianos. Yo tuve la fortuna de asistir como parte del equipo de navegación y cartografía.

¿Nieve amazónica?
El Volcán Cayambe (5790 msnm), recibe sus aguas de la cuenca del Amazonas. Al enfriarse con la altura, se condensan y precipitan en forma de nieve, manteniendo vigoroso su inmenso glaciar. Uno de nuestros objetivos principales era verificar las condiciones del glaciar tropical, corroborar si en efecto la línea ecuatorial cruzaba justo por ese punto, e identificar el punto más alto.

De logística y otros malabares
Para llegar al campamento base tomamos un taxi 4x4 por 3 horas, desde el pequeño poblado de Guachalá, a hora y media de Quito, hasta el remoto paraje La Dormida. De ahí iniciamos el ascenso, caminando durante cuatro horas entre bellos valles pulidos por extintos glaciares y salpicados de lagos color turquesa. Cargamos media tonelada de equipo de montaña: Cuerdas, carpas, piolets, tornillos de hielo y otros fierros; Unos cuantos kilos de delicado equipo científico, un altímetro de 19 joyas, una estación climática portátil, GPSs, y varias brújulas. Nos acompañaron siete caballos cargados hasta los dientes, con sus respectivos arrieros andinos.

No era la mejor temporada para ascender la montaña, sin embargo teníamos la ilusión de encontrar una “ventana de tiempo”. Justo en el equinoccio de primavera (22 de septiembre), vimos salir el sol desde el Amazonas, en el día que su trayectoria es exactamente perpendicular a la tierra.

Allá arriba, la simple inspección visual era complicada. Los aparatos se mojaban, las lentes de la cámara se empañaban, y había que mantener las pilas cerca del cuerpo para que funcionaran.

La Magia de la Expedición
Las estrellas brillaban justo antes del amanecer, y prometían una ventana de buen tiempo. Ascendimos por aquella sublime lengua del glaciar, acercándonos al Ecuador desde el sur. El GPS marcaba cada vez más *ceros juntos. A pesar de ser el punto más alto del glaciar, la expedición no había concluido. Los mapas señalaban una cresta del lado oeste que posiblemente fuera más alta. Días después emprendimos un tercer y un cuarto intento, que nos llevó finalmente hacia unas peñas desnudas a 4.747 msnm. Ahí, por fin encontramos el mítico y hasta el momento desconocido punto más alto del Ecuador: 4,747 msnm . 0 lat / 0 C.

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