miércoles, 29 de octubre de 2008

EL MISTERIOSO PAÍS MONTAÑA / EL RETO DEL QUETZAL




Crónica por Fernando T. Veytia

MIRANDO AL SUR
El refrán popular mexicano “De Guatemala a guatepeor”, se debilita a cada paso, gente amable, reliquias arquitectónicas, hermosas montañas, atmósfera de paz y tranquilidad, contrastan con las agresivas pendientes de sus cerros y furiosos volcanes, y reivindican a nuestro vecino del sur ─Que equivocado estaba─.

Los Mexicanos adolecemos de un síndrome “mirar al norte”, encantados por los rascacielos neoyorkinos, las bulliciosas calles de Los Ángeles, el rojo quemado del puente de San Francisco, el “Shopping” en la Galería ó Fashion Valley ─Es tiempo hoy, de voltear al sur─ La fascinación por lo gringo queda opacada por la globalización. Hace 20 años al llegar a Coronado Shores en California, “sentía mariposas en el estómago”, hasta el aroma a nuevo de las alfombras, de los fanáticos del mantenimiento, me provocaba derrame de endorfinas, y me inducía al consumismo y a saborear una Wendy’s, sin soltar la bolsa con artículos recién adquiridos.

Ahora busco experiencias menos artificiales, más intensas y naturales ─Y no es que esté en contra de la globalización impulsada por la gran potencia─ es sólo que creo haber visto suficiente, con 2 años viviendo en el “imperio”, consumiendo lo superfluo en “The Sharper Image”.
Hoy miro hacia el sur.

PAÍS MONTAÑA CON OLOR A CERRO
No hay carretera recta, ni es país con montañas, es “EL País Montaña”, hacia donde voltees hay cerros y volcanes, con vegetación exhuberante. Percibes los exóticos aromas de la tierra, las plantas, y el viento. En la megalópolis perdemos el olfato, desconectados de nuestro estado natural… El Viento, El Agua y La tierra.

Por momentos en la carrera de ciclismo de montaña ─El Reto del Quetzal 2008─ los aromas de la naturaleza, extraños y penetrantes ─Internado en la selva─ te conectas con la naturaleza y su valor infinito, “lo prefiero al aroma de alfombra nueva”, pensé.

En pocos lugares del planeta, puedes comprobar que los ríos nacen en las montañas, que el monte es santuario de flora, fauna, y mantiene en equilibro el vaivén de las estaciones.

En algún momento, la carrera pasa por remotos caminos cincelados en lo alto de los cerros, un deslave, nos obliga a pasar por encima del alud, de esos que arrastran a camiones llenos de pasajeros. Lodo hasta la cintura, ─pensamos… “si el cerro estornuda ahorita, “that’s it for us””─.
El calentamiento global, poco se percibe en las ciudades, en la montaña es extremoso, se nota, si alguien me pide definir el calentamiento global, diría: “Las montañas se están enojando”.

ANTIGUA GUATEMALA –CIUDAD ARTE─
Puedes percibir la ciudad/pueblo de Antigua en todo su esplendor ─Cada esquina es arte─ declarada por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad.

El Volcán de Agua imponente, custodia la ancestral ciudad, algún día proclamada como “la más bella de las Indias Españolas”. Explorar sin prisa sus callejuelas, visitar sus vetustas iglesias del siglo XVI, y disfrutar un estimulante café en Café Condesa, detiene el tiempo. Dicen los lugareños ─Si crees extrañar al mundo occidental─ de vez en cuando te puedes encontrar por aquí a Brad Bitt, con todo y Angelina, o a Harisson Ford”.

EL DEPORTE CULTURA

¿El deporte más duro? ─Según Armstrong: El ciclismo─, ¿Y el más cultural? ─Según nosotos: El ciclismo de montaña─
Si quieres conocer un país debes recorrerlo en bicicleta, pero de montaña─ así puedes internarte en el corazón de los pueblos, en el alma de sus comunidades remotas, en sus espectaculares parajes y convivir con su gente.

El POLLO CAMPERO
Al voltear hacia el sur te sorprenderá, el fenómeno: “Pollo Campero”. Dioniso Gutiérrez Gutiérrez estableció en Guatemala el primer restaurante en 1971, hoy existen más de 200, con presencia en 11 países: Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Ecuador, México (Tapachula), El Salvador, Indonesia, China, España, Estados Unidos… El Sr. Gutiérrez es una celebridad y el hombre más rico de Guatemala, reconocido por Newsweek como “uno de los 10 empresarios más exitosos del mundo”

PROBAMOS POLLO CAMPERO JUNTO A EMPISTOLADOS

Cerca de la frontera mexicana, después de ver durante días, en cada esquina, un “Pollo Campero”, no resistimos la tentación, aquí entre nos, es un vulgar pollo frito como ese gringo famoso, eso sí, muy barato, con servicio amable y más eficiente, que en otras cadenas que presumen “comida rápida” y es lenta.

Nuestra experiencia gastronómica fue en el misterioso pueblito de Quetzaltenango, llamó nuestra atención en una mesa contigua, una familia de “indígenas” vestidos con típicos trajes de múltiples colores, contraste cultural con franquicia tipo gringo.
En otra mesa un señor con toda la familia, 7 niños, y una pistola de alto calibre fajada al cinto.
Al día siguiente preguntamos a nuestro guía del Volcán Pacaya ─ ¿Qué onda con las armas? ─”Muy sencillo: secuestrador agarrado, secuestrador muerto; asaltante agarrado, asaltante muerto. Y no voltees a ver a la mujer ajena”

LA LAVA DEL PACAYA Y LA ESTAFA DE HAWAII

A 40 min. de Antigua, puedes hacer un trekking de 1hr. por el Volcán Pacaya, hasta un río de hirviente lava. En Hawaii, fuimos medio estafados; emocionados subimos a ver la lava de cerca, al llegar se nos informó que verla costaba $550 dólares por persona y desde el helicóptero, por supuesto no aceptamos. En Guatemala, subimos escépticos las laderas selváticas del Pacaya, hasta que ¡de pronto!: La lava “in your face” ─Cero restricciones, ni letreritos de “Watch your step”─ al natural, como el resto del país. Percibimos la temperatura, escuchamos el rugir de la efervescente roca a 1200 C, hundimos nuestros bastones de palo en la intimidante magma.

EL RETO DEL QUETZAL Y LA CEREZA DEL PASTEL

Bueno… ¿a qué venimos?: A rodar más de 8hrs. diarias, tres días. por los “single tracks” más rudos del planeta. Al salir de Antigua, una subida de 450m. de desnivel en tan sólo 3 kilómetros, ahí mismo quedas sin piernas, con el pormenor de que faltan 95km. de carrera, tan sólo en la primera etapa.

La palabra reto se confirma de inmediato. Menospreciamos la ruta, en el perfil de etapas en la web del evento se veía menos dura ─los terrenos muy caprichosos, algo tienen esos cerros que los hace tan duros, quizás aún más que los de Costa Rica─.

A las 8 horas de brutal pedaleo, se nos imponen implacables ríos crecidos, torbellino de torrentes y cascadas. Resucitados los cerros, enseñan los colmillos. Las veredas se tornan en furiosos ríos, de pronto me pregunto “¿qué demonios hago aquí?” La meta en el impresionante lago Atitlán declarado maravilla natural ─la cereza en el pastel, como siempre sublime sentimiento de aventura, de conquista, en ignoto país regado de humeantes cerros y cálida gente─.
Aventura única, que sólo te ofrece la apasionante cultura del ciclismo de montaña. Te esperamos en 2009. www.elretodelquetzal.com

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