El Efecto Pigmalión ó la Profecía Autocumplida

Por Pascal Romo

"Para el profesor Higgins yo seré siempre florista
porque me trata siempre como tal;
pero yo sé que para usted soy señora,
porque usted siempre me ha tratado como a una señora."
Eliza Doolittle,
George. Bernard. Shaw en Pygmalion.

La Mitología griega cuenta que el escultor Pigmalión se enamoró de Galatea, una de sus creaciones. La diosa Afrodita al ver el amor que sentía por la escultura, hace que cobre vida.

“Me enamoré de un maniquí” (“Mannequin”) dirección: Michael Gottlieb reparto: Andrew McCarthy, Kim Cattrall, Estelle Getty, James Spader, Carole Davis, G.W. Bailey, Christopher Maher, Steve Vinovich (1987). Film blanco; un joven aparadorista en un almacén departamental, se enamora de un maniquí que cobra vida en la persona de la bellísima inglesa Kim Cattrall (futura Samantha Jones de Sex and the City).

Hoy encontramos explicación científica:
•Efecto pigmalión: Suceso por el que una persona consigue lo que se propone a consecuencia de creer que puede conseguirlo.
•Profecía autocumplida: Expectativa que incita a las personas a actuar de tal forma que la expectativa se vuelva cierta.

Profecía autocumplida es predicción que se hace real. Expresión acuñada por Robert K. Merton (1910-2003), en su libro “Teoría Social y Estructura Social”. Sociólogo estadounidense, Merton es padre de “La Teoría de las Funciones Manifiestas y Latentes”, y autor de obras como “El Análisis Estructural en la Sociología”, es uno de los clásicos de la escuela estadounidense de esta disciplina. También fue importante su labor en el campo de “la Sociología de la Ciencia”.

El Dr. Merton da la siguiente definición:
“La profecía que se autorrealiza es, “Principiar con una definición falsa de la situación para despertar un nuevo comportamiento que hace que el falso escenario original se torne verdadero".
El concepto de profecía que se autorrealiza deriva del Teorema de Thomas, que dice:
“Si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales”. (“if men define situations as real, they are real in their consequences”).
En otras palabras, la gente no reacciona conforme a las situaciones, sino también acorde a su percepción de tales situaciones, y al significado que le da a las mismas. Por tanto, su comportamiento está determinado en parte por su percepción y el significado atribuido a las situaciones en las que se encuentran, más que a las situaciones en sí mismas.

Una vez que una persona se convence a sí misma de que una situación tiene cierto significado, y al margen de que lo tenga o no, adecuará su conducta a esa percepción, con consecuencias en el mundo real.
Como es de suponerse, este efecto pudiera darse en sentido positivo o negativo, según el caso.
Este concepto podría explicar parte de la crisis económica actual. Merton dice que el miedo a una quiebra bancaria, en un inicio sin fundamento, lleva a que los cuentahabientes retiren sus depósitos del banco y lo quiebren.
El miedo a una devaluación lleva a la compra de moneda extranjera convirtiendo la devaluación imaginaria en verdadera. Estos y otros miedos, a menudo, son provocados por ingenuos o por mal intencionados.

El término fatalismo se deriva de la raíz fatum, que significa en latín destino. Por tanto el fatalista niega el libre albedrio y sostiene que el destino se impondrá irremediablemente sobre el ser humano, independientemente de su voluntad.
Esta noción de fatalismo supone la imposibilidad del ser humano para elegir, conduce a la pereza y la inmoralidad.
El fatalismo niega la responsabilidad humana. Si el destino es causa de todo, “¿cómo puedo ser responsable? Si todo ocurre por el destino”, podría exclamar el asesino, “el culpable no soy yo, sino el destino”, y el pobre diría “soy pobre porque es mi destino”, y se sentaría perezoso a esperar ayuda.

El Presidente Calderón ha sido muy claro, nuestro país no está al borde del colapso y ha tachado de catastrofistas a los que sostienen lo contrario. Con voluntad, decisión y trabajo duro los mexicanos podemos hacer que las cosas mejoren. No hagamos caso de falsos profetas catastrofistas o fatalistas, trátese de súper empresarios presuntamente ignorantes, funcionarios públicos despistados o políticos oportunistas mal intencionados.

Cerremos filas alrededor de nuestra autoridad responsable.
¿Hay otro camino?

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