martes, 11 de mayo de 2010

Escalando el Gigante



Por Fabiola Pineda

¿El Gigante?... Va, deberíamos ir. -Respondí a la propuesta de Daniel, jajaja. En la comodidad del gimnasio estoy dispuesta a escalar lo que sea, sin embargo la realidad vendría después a nuestro regreso de los Andes, cuando lo decidimos realmente.

Analizamos las rutas e investigamos el topo de cada una de ellas, una cosa era cierta... No teníamos el nivel, no obstante, era lo que necesitábamos para hacer realidad esas escaladas que rondaban nuestras cabezas. Escalar en un lugar remoto, pasar hambre, cansancio y cierta logística, no sonaba nada diferente a lo que vivíamos durante los viajes a las montañas, pero escalar en roca 5.12´s con fluidez sería más difícil…

Teníamos 5 meses para pasar del 5.11c al 5.12d y ya deberíamos estar entrenando -pensé aquel día-.
Creía que para escalar montañas altas y difíciles no era necesario escalar 5.12´s, pero esa mentalidad freno algunas de nuestras ambiciones, las montañas soñadas requerían alto nivel físico, técnico y experiencia. El Gigante se convirtió en el pretexto perfecto y comenzamos a entrenar y a forzar nuestros límites.

-¿Por qué El Gigante?-

Porque es la pared más alta de México.
Me sorprendía que a 9 años de la apertura de una de las vías deportivas más altas y difíciles del mundo, tuviera tan pocos ascensos y ninguno femenil Mexicano. La idea de ser la primera mujer mexicana en escalar El Gigante me animaba.

[ Logical Progression: Grado VI 5.12d 28 largos suman 900m ]

Logical Progression fue la vía elegida, los armadores la rapelearon, dejaron los bolts alejados y mal colocados.

-La Escalada-

Volamos hacia Chihuahua; luego camión que nos llevó al pueblo de Basaseachi, nos esperaba el señor Reynaldo en su troca con música country a todo volumen. Nos condujo al Rancho San Lorenzo, acampamos, Don Raúl, nos ofrecía llevarnos por en medio de la sierra hasta la base del Gigante, nos cuidaría el Campamento Base y se regresaría las tiendas y equipo extra que no necesitáramos, accedimos. Muy contentos nos vimos a los pies del gran Gigante.
Nuestra estrategia consistía en hacer 2 cordadas de 2 integrantes, mientras unos escalaban y fijaban cuerdas otros costalearían el agua y provisiones, y los "portaledges" (hamacas para gran pared), y equipo necesario para los "vivacs"; alternaríamos los roles. La escencia fue el trabajo en equipo y la decisión de completar la ruta, donde una camioneta nos recogería para llevarnos de vuelta al pueblo.

En el campo base del Gigante pasa el río y hay pozas de agua hermosas, cargamos los envases de agua, empaquetamos comida, chamarras, sleeping bags, etc. Y cuando vimos el Costal de Pared lleno... !maldición! La falta de experiencia nos jugaba una mala pasada, ni modo a forzar los límites; lo primero que limitamos fue el agua, bajamos las raciones, afortunadamente observamos que en esta temporada la pared está a la sombra, después limitamos la comida y luego la ropa.

-Comienza la escalada-
Al Amanecer comenzó el trabajo, "jumareamos" y costaleamos hasta la última cuerda fija, nos movíamos lento ya que no teníamos experiencia, tuvimos que depurar varios sistemas de ascenso. Este día, el primero sobre la pared, avanzamos 3 largos y se hizo de noche. Comenzamos a armar las hamacas a 210m. de altura; la noche despejada, con muchísimas estrellas y el cansancio nos ayudaron a dormir, sin embargo a ese paso tardaríamos una eternidad y aún no escalábamos el primer 5.12 el cual nos aterraba.

Segundo día, desarmar el vivac nos tomo 2 horas, avanzamos hasta que llego el famoso 5.12d que afortunadamente no tenía tan alejadas las protecciones, de hecho -estaba bien protegido-, pude avanzar unos cuantos metros, luego Daniel y al final Juan, por fin llegamos a la reunión; nos arrepentimos de no haber pospuesto el Gigante hasta que escaláramos 5.13´s, pero era demasiado tarde y veníamos por todo. Avanzamos de 5 a 6 largos por día, mientras más subíamos, más techos, más dificultad, incertidumbre, miedos y [rife]. Impresionante entre diedros, techos y grietas, los "vivacs" bien aéreos con cielo estrellado, increíble.

La cuarta noche en la pared estábamos en el largo 20 con poca agua y casi sin comida, limitamos las raciones.
Juan y yo llegamos a la cumbre poco antes de obscurecer, Daniel y Adrián los últimos. Llamamos al rancho San Lorenzo para que fueran por nosotros, pero la cumbre está rodeada de desfiladeros, nos recomendaron pasar una noche más en la cima y caminar con luz para encontrar el camino. Bebimos los últimos 2 litros de agua, felices pasamos la noche, con una enorme sonrisa.
5 días en pared, 900m. de recorrido y 28 largos de dificultad máxima 5.12d y en la pared más alta de México… El Gigante…

Escaladores: Fabiola Pineda, Daniel Navarro, Juan Martínez y Adrián Alvarado. www.generacionalpina.blogspot.com

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