miércoles, 24 de septiembre de 2008

Decálogo contra asaltos -Del Ciclista de Montaña














Por Olympus

En el Desierto de los Leones nunca ha habido leones ni desierto, es un Parque Nacional, zona turística, administrado por el Gobierno del DF, donde hay bosque, basura, delincuencia y mínima vigilancia, comprende parte de las Delegaciones, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, cuyos Jefes Delegacionales andan muy activos clausurando negocios y obras dentro de sus delegaciones. Sería deseable que primero clausuraran la delincuencia, los baches y la corrupción, entre otros. Señores Delegados, con todo respeto, primero lo primero, lo demás puede esperar.

Igualito que en la zona urbana de las delegaciones de marras, ahora se han incrementado los asaltos dentro del Desierto de los Leones, en la Cruz Blanca, en la ruta a las cabañas militares y al Cerro de San Miguel. El Sr. Fidel Martínez como Director Jurídico y de Gobierno en la Delegación Cuajimalpa (2001-2003) implementó patrullaje en la zona -que disminuyó los robos, irónicamente fue lesionado recientemente en ese lugar, con arma punzocortante.

Los ciclistas de montaña exigimos a las Autoridades seguridad ¡Ya Basta!• Mientras la autoridad competente actúa, enunciamos algunas recomendaciones que pudieran inhibir al delincuente.
Parece ser que el modus operandi de las bandas, es identificar a sus víctimas desde el estacionamiento y avisar por celular a sus cómplices apostados en el cerro, listos a atacar al ciclista solitario.

Recomendaciones
1. Nunca rodar solo.
2. Rodar en 2 grupos de 4 personas mínimo, intercomunicados con radios y con 1 a 3 kilómetros de separación, en constante comunicación.
3. Permanecer el menor tiempo en el estacionamiento y dejar “la socialización” para las partes altas, en el estacionamiento es fácil que el delincuente identifique bicicletas, marcas, integrantes del grupo y ruta a seguir.
4. Es mejor rodar por veredas poco accesibles. El delincuente no es atleta y delinque en grupo, cuentan con autos, radios, celulares y conocen las rutas de escape.
5. Si detectas un sospechoso en el estacionamiento, en las quesadillas, en el cerro, avisa a los demás, sin caer en paranoias; previo al asalto al Sr. Martínez, un sospechoso rodó lentamente sin casco, observando las bicicletas de un rack -según algunos testigos.
6. No socializar con extraños, ni responder a comentarios como “que bonita bici, ¿dónde la compraste? Solamente interactuar con tu grupo. La inseguridad nos obliga a ser huraños, relaciónate solamente con conocidos.
7. Si eres sorprendido por los asaltantes, probablemente con un golpe cobarde por la espalda, debes gritar, “toma la bici –no pasa nada”, deja la bicicleta y sal corriendo a pie en dirección al segundo grupo y trata de comunicarte por radio. Nadie puede contra la sorpresa, ni un escolta entrenado, aunque siempre hay golpes de suerte donde el delincuente pierde.
8. Si percibes algo sospechoso, no seas ambicioso ni celoso de tu maravillosa salida, o la cima que quieres alcanzar, suspende el trayecto, alerta por radio a tus compañeros y deja la ruta para otro día. La montaña siempre estará ahí.
9. Carga tu teléfono celular con números de emergencia, y los de tu grupo y verifica dónde existe señal.
10. Muy importante es -darte de alta en todos los blogs de la comunidad ciclomontañista y alertar de actitudes sospechosas. El arma del delincuente: la sorpresa. Tu fortaleza: la unión, la información y estar alerta. No te calles, denuncia, informa, sin vergüenza, más vale prevenir que arriesgar la vida o perder tu bici.

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1 comentario:

Unknown dijo...

Al menos hiciste algo. Publicar tu comentario con el coraje que todos sentimos.
No es tan fácil como recomendar vigilancia en lugar de clausuras. Precisamente la falta de clausuras y las invaciones de las zonas de preservación ecológica son un foco de inseguridad.
Debemos encontrar a esos maleantes y hacernos justicia. La vigilancia del Parque Nacional (Que está lleno de cercas y alambradas que limitan propiedades "Privadas") se intensificó durante el sexenio de Ernesto Zedillo quien frecuentemente pedaleaba por ahí. Lamentablemente el ocupante de los pinos no se sube a la bicicleta y cuando lo hace acaba en el hospital.
Carlos González Nogueda