viernes, 26 de septiembre de 2008

Graffiti, ventanas rotas ─ineptitud gubernamental













Por H. Orlando

¿Por qué un fenómeno destructivo derrochador, importado, ajeno a la idiosincrasia del mexicano, se ha convertido en símbolo de degradación urbana, foco de criminalidad y mudo testigo de la ineptitud gubernamental?

¿Cáles son los barrios mas grafiteados?
Paradójicamente los barrios más pobres y más inseguros.

Alguna vez se hizo un estudio sobre los distritos con mayor superficie graffiteada en Nueva York y resultó que eran los más pobres, además se descubrió que a pesar de vivir ahí la gente con mayores carencias económicas de la ciudad, su índice de obesidad es de los más altos.

¿Son los pobres los más gordos? ¿por qué? ─Porque al vivir en barrios olvidados, inseguros, corrompidos por el intimidante graffiti, óyelo bien…No salen de sus casas por temor, engordan, se enferman por llevar una vida sedentaria.
Quieres saber cuáles son los lugares, llámese delegación o municipio, gobernados por la autoridad más inepta y corrupta, simplemente fíjate en los índices de grafitti.
Tal vez esto te suene exagerado, sin embargo, sigue leyendo.

Ventanas Rotas
La teoría de las Ventanas Rotas de James Q. Wilson y George Kelling, asegura que el crimen es el resultado inevitable del desorden. Estos criminólogos encontraron que el crimen, era mayor en las zonas donde prevalecía el descuido, la suciedad y el maltrato a los bienes públicos. Un vidrio roto en un edificio, si no era reparado pronto, era detonante para que todas las ventanas fueran pronto dañadas.

En 1969, un psicólogo de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, condujo un experimento relacionado. ─Dejó dos autos abandonados, de igual marca, modelo y color, uno en Palo Alto, comunidad rica de California, y el otro en el Bronx barrio pobre de Nueva York. El del vecindario rico y ordenado, permaneció una semana intacto, mientras que el de la comarca pobre y desordenado, fue inmediatamente saqueado y semidestruido. De pronto, también eld e Palo Alto, fue totalmente bandalizado cuando el mismo Zimbardo le rompió una ventana.

La conclusión es evidente. Un auto abandonado con una ventana rota, es un auto que a nadie importa, y por tanto se le puede saquear.

Si una comunidad tiene un mal gobierno y presenta signos de abandono, deterioro por graffiti, vagancia, baches, ambulantaje, suciedad y aparenta no importar a nadie, adolecerá de un aumento del crimen. Y una epidemia contagiosa de inseguridad.

Durante los ochenta, el metro de Nueva York era prototipo de inseguridad, asaltos violentos, intimidaciones, robos, vagones lentos, deteriorados y cubiertos de graffiti que ahuyentaron a los usuarios.

A mediados de los 80 George L. Kelling, criminólogo americano investigador de las ventanas rotas, fue contratado por la autoridad de tránsito de la Ciudad de Nueva York como consultor, llevó a la práctica, junto con el director del Metro David Gunn, su teoría de las Ventanas Rotas. Sus objetivos inmediatos fueron dos:
1.Acabar con el graffiti
2.Perseguir a los pequeños delincuentes, que entraban sin pagar, estaban en estado de ebriedad o hacían cualquier desmán en el interior de las instalaciones.

Si se comete una transgresión, por pequeña que sea, y se deja sin perseguir, siempre habrá imitadores. Si alguien entra sin pagar al metro y otros dirán " y qué... ¿yo soy un idiota?". Así de poderoso es el instinto de la imitación, alentada por la impunidad.

Quienes cometen pequeños delitos, pronto cometerán mayores. En la experiencia neoyorquina, el arresto de personas que no habían pagado su entrada al metro o hacían uso indebido de sus instalaciones, mostró que 1 de cada 7 tenía una orden de aprehensión por algún delito mayor y 1 de cada 20 portaba ilegalmente un arma.

La batalla implacable contra el graffiti también arrojó buenos resultados. Como el graffiti era el emblema de la decadencia e ineptitud gubernamental, su eliminación elevó la confianza.
Cuando Rudolph Giuliani llegó a alcalde de la Ciudad de Nueva York en 1994, William Bratton fue nombrado director de Policía, y aplicó estrategias similares pero más amplias ─Combatir el graffiti, atacar las transgresiones menores como orinar o arrojar basura en la vía pública con todo el peso de la ley. Así, con la persecución de delitos menores que a su vez permitían atacar a los mayores, creaban comunidades más limpias, cuidadas, y se disuadía la comisión del delito.

El éxito de la Tolerancia Cero y de la aplicación de la teoría de las Ventanas Rotas, rompió con muchos paradigmas equivocados, en el sentido de que el delito es producto de la pobreza, o de defectos genéticos.

El delito es principalmente causado por la corrupción, ineptitud e ignorancia gubernamental.

Algunas autoridades dicen que fomentan el graffiti porque es una expresión artística
¡Que ignorancia!

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